Los fuertes y refrescantes vientos de Agosto que azotaban nuestra regiòn en este mes temporada tras temporada, desaparecieron, parece que del todo, pues hace varios años no se presentan por esta època en nuestra ciudad, por lo menos con la intensidad necesaria para elevar las cometas multicolores que solìan surcar el firmamento cual " sorisas del cielo " como fueron bellamente nombradas por los antiguos chinos.
La alegrìa de muchos niños y no pocos adultos se desvanece cada vez que esperan ansiosamente el arribo de la estaciòn de los vientos, con la intenciòn de observar como el ventarròn enfurecido atrapa en sus redes los livianos volantines y los lleva allende el horizonte remontando las alturas, allì precisamente donde de niños sentimos que estamos sobre el mundo o lo dominamos con el cordel que nos ata a estos pàjaros de papel y tela y larga cola. Esos recuerdos son inolvidables y la experiencia de placer y control (si es que la cometa se deja domeñar) producto de la adrenalina generada, experiencia por la que pasaron y pasan los que privilegiadamente pueden aùn hacerlo hoy no tiene comparaciòn. Rogativas al Dios de las alturas para que no se extingan y los cielos vuelvan a sonreir.
JORGE ANTONIO DUQUE ROJAS
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